Hacía bastante tiempo que Micaela ,José,Andrea y Javier se habían ido a vivir a un paraje de las Sierras de Córdoba; a un lugar que parecía bastante inhóspito pero que tenía una belleza natural increíble, en ese lugar se unieron a un pequeño grupo de personas que practicaban la espiritualidad,era un sistema de vida muy parecido al comunismo se compartían todas las cosas, los bienes eran en común, tenían todo organizado; durante gran parte del día practicaban la meditación, se cultivaba la naturaleza, se criaban aves de corral y fabricaban artesanías. Había entre los presentes varios maestro de meditación, de reiki, incluso dos pastores evangélicos, y varios practicantes del budismo.
También entre los integrantes habría dos o tres mujeres católicas;pero también convivían en paz persona que eran ateos o agnósticos y que se habían asentado pacíficamente en ese lugar.
La diferencia era que aquí no era como la sociedad en la cual vivimos nosotros, donde cada uno trata de imponer su doctrina al otro, eran libres de realizar, o no sus rituales, cada persona practicaba lo que amaba o sentía en su interior respetando la vision holistica de los demás .
Cultivaban extensas huertas y realizaban artesanías que vendían generalmente a los turistas.
Durante muchos años habían vivido en una absoluta calma y paz; hasta que un día llegó al lugar un falso maestro que aprovechando el espíritu de generosidad y espiritualidad que reinaba en el lugar intento captar adeptos, convencer mediante la palabra de que sean sus seguidores; al notar que no era muy escuchado comenzó a radicalizar su enseñanza; a poner ha unos contra otros, al budista lo convencía de que el católico y el evangélico no practicaban acertadamente, ni seguían las enseñanzas del Buda, a los ateos les convencía que había demasiado idolatría e ignorancia en el resto de los miembros de aquella comunidad.
A los únicos que nos podía convencer era a los practicantes de meditación,porque cuando estaban en esta práctica no lo escuchaban y cuando dejaban de hacerla generalmente se dedicaban a tareas de labor en la huerta, ordenar su propia casa, también solían colaborar con los demás miembros de la comunidad en alguna tarea cotidiana que tuvieran que realizar, en ellos siempre existía un gran espíritu solidario.
Las divisiones comenzaron a erosionar las buenas costumbres y la tranquilidad de aquel el lugar; fue entonces cuándo una de las personas consideradas sabias y también integrante de este grupo cuyo nombre era Jared y cuya palabra era escuchada por todos decidió hablar.
Se sentó frente al maestro que causaba las divisiones y le preguntó ¿Tu vanidad es tan grande que conspiras para desunirnos?
Oh acaso te sientes tan pequeño que buscas generarte grandeza a través de quitarnos nuestro espacio libertario.
Acaso el Águila que alza vuelo hasta las nubes dejará de hacerlo porque tú le convences de que debe posarse sobre la tierra y dejar de lado sus propias inclinaciones naturales a volar.
Viniste solo y desposeído de riquezas, nos trajiste tu astucia y tú avaricia, es hora de que te marches y llévalas contigo ...
También entre los integrantes habría dos o tres mujeres católicas;pero también convivían en paz persona que eran ateos o agnósticos y que se habían asentado pacíficamente en ese lugar.
La diferencia era que aquí no era como la sociedad en la cual vivimos nosotros, donde cada uno trata de imponer su doctrina al otro, eran libres de realizar, o no sus rituales, cada persona practicaba lo que amaba o sentía en su interior respetando la vision holistica de los demás .
Cultivaban extensas huertas y realizaban artesanías que vendían generalmente a los turistas.
Durante muchos años habían vivido en una absoluta calma y paz; hasta que un día llegó al lugar un falso maestro que aprovechando el espíritu de generosidad y espiritualidad que reinaba en el lugar intento captar adeptos, convencer mediante la palabra de que sean sus seguidores; al notar que no era muy escuchado comenzó a radicalizar su enseñanza; a poner ha unos contra otros, al budista lo convencía de que el católico y el evangélico no practicaban acertadamente, ni seguían las enseñanzas del Buda, a los ateos les convencía que había demasiado idolatría e ignorancia en el resto de los miembros de aquella comunidad.
A los únicos que nos podía convencer era a los practicantes de meditación,porque cuando estaban en esta práctica no lo escuchaban y cuando dejaban de hacerla generalmente se dedicaban a tareas de labor en la huerta, ordenar su propia casa, también solían colaborar con los demás miembros de la comunidad en alguna tarea cotidiana que tuvieran que realizar, en ellos siempre existía un gran espíritu solidario.
Las divisiones comenzaron a erosionar las buenas costumbres y la tranquilidad de aquel el lugar; fue entonces cuándo una de las personas consideradas sabias y también integrante de este grupo cuyo nombre era Jared y cuya palabra era escuchada por todos decidió hablar.
Se sentó frente al maestro que causaba las divisiones y le preguntó ¿Tu vanidad es tan grande que conspiras para desunirnos?
Oh acaso te sientes tan pequeño que buscas generarte grandeza a través de quitarnos nuestro espacio libertario.
Acaso el Águila que alza vuelo hasta las nubes dejará de hacerlo porque tú le convences de que debe posarse sobre la tierra y dejar de lado sus propias inclinaciones naturales a volar.
Viniste solo y desposeído de riquezas, nos trajiste tu astucia y tú avaricia, es hora de que te marches y llévalas contigo ...
Autor con Derechos Registrados
Néstor O Salgado
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